LA TRANSFERENCIA Y LA CONTRATRANSFERENCIA por Enrique de Diego

La Transferencia y la Contratransferencia  (en adelante T. y C.), es uno de los fenómenos de la Dinámica con que se estructura una relación (Yo-Tú). Esta dinámica tiene un soporte y un contexto donde los fenómenos de relación se apoyan y se desarrollan, por lo tanto una dinámica variable y flexible. Entiendo T. y C. como un mismo fenómeno cuya diferencia es la dirección en la que se produce.La Transferencia y la Contratransferencia  (en adelante T. y C.), es uno de los fenómenos de la Dinámica con que se estructura una relación (Yo-Tú). Esta dinámica tiene un soporte y un contexto donde los fenómenos de relación se apoyan y se desarrollan, por lo tanto una dinámica variable y flexible. Entiendo T. y C. como un mismo fenómeno cuya diferencia es la dirección en la que se produce.

UNA VISIÓN SENCILLA DE... LA VIDA
Nacemos, llegamos a un mundo nuevo. Dependemos primero de nuestros Padres (progenitores o adultos a nuestro cargo), para nuestra supervivencia física, emocional y espiritual. Seguimos necesitando de ellos durante un buen tiempo, en comparación a otras especies, en coherencia a las capacidades y potenciales a desarrollar. Necesitamos  de estas personas de mayor experiencia y autonomía. Esta es la primera y tal vez más importante relación. Una relación Natural, cuya verticalidad primaria se funda en una jerarquía no menos natural, definida por la necesidad, la experiencia y la autonomía fundamentalmente.Nacemos, llegamos en este sentido, una y otra vez a lo largo de la Vida, cada vez que iniciamos un nuevo aprendizaje, que recalamos en un nuevo mundo, el de la familia, el del colegio, el de los adolescentes, los adultos... el del trabajo, el del autoconocimiento, el del retiro/jubilación, ...Nacemos, llegamos una y otra vez, con necesidad de..., y encontramos en el camino personas con más experiencia, con más información, con más formación, con más autonomía...Nacemos poco a poco a nuevos mundos, cada vez con más autonomía, con más soportes y autoapoyos. La Vida va disolviendo algunos aprendizajes y aportando otros, es el  particular tesoro de la experiencia. También quedan formas rígidas, inflexibles para los nuevos requerimientos de casa presente, son el precio de algunos aprendizajes: bloqueos, nudos, y los hábitos o costumbres que no nos permiten desarrollarnos del todo, satisfacer las necesidades, alcanzar nuestras metas, descubrir el sentido de nuestras búsquedas,...Entre todos los aprendizajes hemos adquirido una capacidad: la de relacionarnos, con nuestros semejantes, con el mundo y con nosotros mismos. Aprendimos a relacionarnos con nuestros Padres (...) y vamos transfiriendo esta “forma aprendida de relación” allá donde llegamos, con sus virtudes y defectos insertos en un soporte apenas visible que llamo “dinámica de relación”. No sólo aprendimos lo que nos dijeron, también el “cómo” nos lo dijeron, y la parte de nosotros mismos que nos tocó descubrir, para responder con nuestro “cómo”.

... LA TERAPIA
Hemos aprendido a relacionarnos y esa estructura apenas visible, la llevamos naturalmente a la Terapia. Un nuevo mundo para el que lo inicia.Como paciente me siento frente al Terapeuta... “impulsado por el dolor, arrastrado por el deseo, exaltado por la esperanza, solo o en grupo llego en búsqueda de alivio, iluminación, paz, poder, alegría o algo que ni siquiera sé lo que es. Porque quiero aprender y confundo ser enseñado con aprender; busco a menudo quienes me ayuden, me curen, me guíen...”1. Acudo con mis formas usuales, seguras y autolimitadas de actuar, aunque éstas ya no me sirvan y me relaciono con el Terapeuta “como si” (y esto es importante y definidor del aspecto neurótico de la Transferencia) éste fuera mi Padre, mi Madre, Hermano Mayor, Profesor, o aquella persona que me marcó/enseñó un mundo de relación que esta nueva situación me evoca.Como Terapeuta tomo las posición de persona con más experiencia y conocedor del proceso terapéutico y mi propio oficio. Aporto al encuentro mi propio bagaje personal, mi biografía, mis miedos, mi narcisismo, mi im-omnipotencia, la vulnerabilidad de mi propio yo estremecido. Como Terapeuta sé, que a pesar de que el paciente aprende, no debo enseñar. Más aún, lo que se ha de aprender es demasiado esquivo y simple como para atraparlo sin lucha, rendición y experimentación de cómo es. Lo sé y lo olvido muchas veces.

... LA T. y C. EN LA TERAPIA
Incurro en escuchar al otro “como si” fuera mi hijo, ... ó aún no fijándoles en un rol relacional de parentesco, puedo relacionarme con él “desde los” estereotipos o prejuicios que me toca descubrir en mí a la luz de su presencia (motivación, enfermedad, ...etc...)Y el espectro de equívocos es tan amplio, como lo es en el caso del paciente, puedo reproducir-transferir aspectos paternales, maternales, de maestro, hermano mayor, hijo, y tanto de mi propio pasado como de mi presente, reproduciendo lo que otros hacen conmigo, lo que yo hago con otros, (autoritario frente a la rebeldía, complaciente frente a la seducción, intolerante con la desvitalización, sádico ante el victimismo, ...)Es sólo que al Terapeuta “la conciencia de sí” se le supone (como el valor al soldado), se me exige por formación, se me reclama a través de la supervisión y el propio trabajo personal continuado. Siendo la relación Parental la más importante a la hora de entender  y comprender los fenómenos relacionales, no es la única. Hay otras muchas variables a contemplar si queremos conocerlos en todas sus dimensiones y, aunque no sea objeto de este escrito semejante extensión, pongo un ejemplo de introyecto social, el Modelo Médico aprendido: -Estoy malo. -¿Qué me pasa Doctor? -Lo que a Vd. Le ocurre es esto. –Siga este tratamiento. Es cierto que lo social y lo familiar (y tantas otras variables) se ensamblan en el horizonte de la visión, el arquetipo, en este caso un modelo patriarcal, pero son factores importantes a considerar ya que chocan frontalmente con el cambio actitudinal que pro-ponemos en la Terapia nada más sentarnos frente a...

... LOS CONCEPTOS DESDE EL PSICOANÁLISIS.
T.- “Se trata de un fenómeno general, universal y espontáneo, que consiste en unir el pasado con el presente mediante un enlace falso que superpone el objeto originario con el actual. Esta superposición del pasado y del presente está vinculada a objetos y deseos pretéritos que no son conscientes para el sujeto y que le dan a la conducta un sello irracional, donde el afecto no aparece ajustado ni en calidad ni en cantidad a la situación real, actual.... Debemos considerar, pues, que la transferencia es lo irracional, lo inconsciente, lo infantil de la conducta que coexiste con lo racional, consciente y adulto en serie complementaria. Como analistas no debemos pensar, por cierto, que todo es transferencia sin descubrir la porción de ella que hay en todo acto mental. No todo es transferencia pero en todo hay transferencia”2.C.- “Se ha llegado a comprender en estos años, dice, que también es un obstáculo para el progreso de psicoanálisis la contratransferencia; y la describe como la respuesta emocional del analista a los estímulos que provienen del paciente, y como el resultado de la influencia del analizado sobre los sentimientos inconscientes del médico. Es decir que la define, como yo creo que es lógico, en función del analizado” (3)

... LAS DIFERENCIAS CONCEPCTUALES CON LA TERAPIA GESTALT
Se hace difícil la comparación ya que la T. Gestalt no desarrolla tanto una teoría de la psique como una teoría de la práctica. La Gestalt aporta una visión holística de la persona desde la perspectiva relacional con su medio, en la Terapia la relación yo-tú de paciente y terapeuta. Esta concepción y filosofía de fondo marca una diferencia fundamental.En “Yo, hambre y agresión” Fritz Perls estableció alguna diferencia con el rechazo a la preponderancia del inconsciente, a la primacía de la sexualidad infantil y de la líbido, al uso de la Transferencia como base del tratamiento. Abre el primer capítulo –Propósito-con una cita de Freud que conviene recordar: “El psicoanálisis tiene su firme base en la observación de los hechos de la vida mental; y por esta razón su superestructura aún es incompleta y está sujeta a alteración constante”. Entiendo pues estas diferencias a abordar como diferencias en el fondo, en el marco conceptual, enfoque o filosofía y no como diferencias en el ejercicio actual entre los practicantes de una y otra corriente.La guerra de nuestros abuelos (ya sea la Fritz-Freud o la Fritz-Laura) no es mi guerra. La puedo mantener sólo desde el estereotipo y prejuicio de lo que fue y especialmente desde el des-conocimiento de nuestras semejanzas y diferencias. Esta guerra de rivalidad-competitividad es una herencia relacional cargada de fenómenos transferenciales y contratransferenciales. Tanto en un lado como en otro podemos leer/escuchar comparaciones que se alimentan más del desconocimiento que de la observación y cuyo único “beneficio” es utilizar al otro como pantalla para proyectar los propios prejuicios, esconder la rivalidad entre hermanos-colegas, o buscar la identidad “frente a...”. Mantener el desconocimiento agarrándonos a una guerra vieja, añeja y obsoleta no es sino adscribimos a la ignorancia y dificultarnos la propia actualización al presente, o sea ver al otro tal cual es y por tanto a uno mismo. No necesitamos definirnos en reacción-oposición al psicoanálisis u otras corrientes. La Terapia Gestalt tiene hoy suficiente entidad para ser, expresar su ser y compartir y entender otras formas de ser y estar.Así que sin engancharnos en la discusión/pelea teórica de estas dos corrientes, podemos observar los fenómenos de T. y C. desde una perspectiva Gestáltica que nos acerque a su práctica. Fritz amplió, a su estilo, aquella “estructura incompleta”, amplió el análisis a la intervención directa y por tanto cambió el concepto de análisis por el de terapia, pasó de una Doctrina –Corpus teórico- a una Filosofía -Forma de Práctica-, cambió el Modelo Médico por un Sistema de Intervención, el esquema jerárquico, basado en la superioridad del conocimiento, derivó en un modelo humanista de acompañamiento, en que la superioridad viene reconocida por la mayor experiencia y conocimiento de sí. Una relación vertical en una relación multidimensional  (Vertical-Horizontal consciente).En coherencia con esta Filosofía es necesario contemplar los fenómenos de T. y C. desde una perspectiva que no se cierre ni se agote en las variables emocionales. Reconozco en ellas el eje o aspecto nuclear en torno al cual gira el resto, pero no es exclusivo y tal vez ni siquiera nuclear, siendo lo nuclear nuestra dificultad para desentrañarlas y traerlas a la conciencia.Tampoco puede cerrarse ni agotarse nuestra contemplación en la observación de las pulsiones, deseos, aspectos irracionales, infantiles, pretéritos, etc.... como causas, ni en la observación exclusiva de estos fenómenos en los actos mentales, ni valorar la C. solamente en función del paciente ó del terapeuta.Es necesario contemplar además las variables cognitivas, corporales, sin privarnos de la riqueza del “todo de la relación”, observar esta forma de ver el mundo, una perspectiva desde la que nos posicionamos para ver; entender y actuar en nuestro medio. Y no olvidarnos de las variables que el propio mundo y su cultura añade a la relación, ya que el “campo” también juega su papel.

...CÓMO TRABAJAMOS CON T. Y C. EN TERAPIA GESTALT
 Los preceptos de la Gestalt son preceptos filosóficos de Vida, válidos para la Vida y para la Terapia, propuestos tanto para el paciente como para el terapeuta.El Terapeuta Gestáltico es uno de los instrumentos de su propio oficio. No hay recomendaciones restrictivas para él, sino una invitación implícita y explícita a Ser, basada en una concepción humanista de la persona, en la fe en la autorregulación que parte de una confianza básicas en la Vida, en que dejarse Ser en y con el Mundo, percatarse y responsabilizarse, o lo que es lo mismo aceptar la realidad, es curativo y transmisible.El Terapeuta no sólo puede, sino que es invitado a expresar sus emociones, estados de ánimo, compartir su propio mundo interno, experiencias, etc... cuando la “situación” lo requiere y esta transparencia hace más difícil los fenómenos de T., ya que el paciente está ante una persona y no un profesional-pantalla.Y hace más necesario que el terapeuta atienda más a sus reacciones emocionales y relacionales y supervise la no conciencia de éstas ó Contratransferencia. La C. no se considera un obstáculo sino parte del trabajo, cuyo único requisito es hacerla consciente en todo momento, compartirla cuando sea oportuno, actualizarla y darle carta de naturalidad.Detecto estos fenómenos a través de datos (proyecciones en una y otra dirección, etc...), recuerdo que el todo es más que la suma de las partes y tomo estos datos como mojones del camino, señales que, me ayudan a reconocerlo, pero no el camino.T. y C. son algo más que la proyección de cualidades, actitudes, etc... en el otro; son una disposición interna más compleja, que no me ocupo en analizar sino en dejarla ser. Ni prohibo ni fomento estos fenómenos, sólo trato de hacerlos conscientes, cuando me doy cuenta me dan pistas de él, de mí, de la relación, no los interpreto; los denuncio, señalo o utilizo en forma de propuesta de un trabajo-experiencia.Desde la definición de Neurosis como oscurecimiento de la conciencia, disminución de la capacidad de darme cuenta, considero estos fenómenos de T. y C. como una muestra más del oscurecimiento y la neurosis propia, expresiones del “como si”. Son el nombre dado a un suceso, cuando yo trato al otro “como si fuera...” “como si yo fuese...” y por tanto el incumplimiento más básico de la oración gestáltica “yo soy yo, tú eres tú,...”.Ahora bien, esta actuación mía “como si fuese...” también es parte de mí, de mi locura, de mi experiencia, asumirla y aceptarla es parte de mi trabajo conmigo y me ayuda a darme cuenta con mayor profundidad y a hacer de ella una herramienta de trabajo. Así pues cuando inicio una sesión, un encuentro, si es que estoy despierto, me ocupo de ser y de darme cuenta, el resto es parte de la vida que no me ocupo en controlar. Los obstáculos, las resistencias, la T. y la C. no suponen un inconveniente para el progreso de la Terapia, son parte de la Terapia.Ocurre que no siempre estoy despierto, que en ocasiones utilizo el encuentro como forma de despertar, que a veces salgo del encuentro como de un sueño, ensueño de vida que me hace supervisar o reflexionar para darme cuenta de algunas cosas que ahora quiero compartir.

... CÓMO EL IMPACTO DE T. y C. DEPENDE DEL ENCUADRE
Sospechamos que el tipo de transferencia es diferente según se trate de un tipo de encuadre terapéutico u otro. Si en terapia individual el tipo de transferencia suele ser vertical-jerárquica, en el trabajo en grupo esta extensión del mundo interno relacional se amplía a los semejantes-hermanos, tomando una dimensión más horizontal. Sabemos que en la situación grupal suele recaer sobre el terapeuta (independientemente de su sexo, salvo en el caso de las cooterapias mixtas) un tipo de T. más paterna, mientras que las funciones maternas son proyectadas con mayor facilidad al Grupo como totalidad, y los vínculos fraterno-filiales sobre los miembros del grupo.Sabemos que la Terapia Gestalt tiene su más radiante expresión en el encuadre grupal, entendido en el Trabajo Clásico de Gestalt en Grupo. Y que el último desarrollo propuesto por Fritz en su idea del Kibutz Gestáltico, propugna un Trabajo de Gestalt Grupal, que tal vez sea el que más desarrollo ha tenido desde la desaparición de Fritz y el que más aportaciones nos está dejando.Si estamos más o menos de acuerdo con estas bases, se me hace imprescindible incluir una mínima reflexión sobre estos tres encuadres, especialmente para hablar de T. y C. -Trabajo Gestáltico en Grupo. En este tipo de Trabajo Individual realizado con el Grupo como fondo, coro, caja de resonancia, contexto de conciencia, presencia que apoya el compromiso, ... y sus miles de funciones... se mantiene mucho más fácilmente el contexto del aquí y ahora puntual en el que se desvanece a cada paso cualquier percepción desdibujada, T. y C. u otras, o se hace de estos fenómenos un objeto de trabajo (Silla Caliente, Dramatización,...)El terapeuta se expone más a la mirada del otro, que no sólo le percibe en relación a sí mismo sino también en las distintas interrelaciones con otros. Y a su vez tiene delante de sí un campo menos privado, un grupo de personas con las que interactuar individualmente, como Grupo y con subgrupos. Y por lo tanto los fenómenos que se producen en este encuadre quedan completamente matizados por el mismo. -El Kibutz Gestáltico, Grupo residencial de distintas dimensiones, según el tiempo de convivencia (2, 4, 8, 15, 30 días), incluye una nueva variable que aumenta la transparencia de todos, al compartir muchas más horas, espacios y sobre todo las distintas actividades cotidianas (comer, dormir, bañarse, pasear,...). La participación del Terapeuta y su estilo de cotidianeidad hace más complicado la aparición de idealizaciones nutridas desde la fantasía, por ejemplo, y pone más a la luz cualquier intento manipulador. No intento afirmar que aquí no podamos detectar T. y C. pero sí señalar diferencias. -La Terapia Individual. Este tipo de Trabajo que la mayoría de nosotros practicamos en nuestro despacho o consulta, en el que intentamos hacer Gestalt con un paciente, durante un largo período de tiempo, con una periodicidad regular; en un mismo espacio, en un ambiente de intimidad, privacidad, otorga a esta situación-encuadre connotaciones de mucho peso, como para que estos fenómenos de T. y C., no encuentren en él un territorio abonado y fértil. En mi opinión es en este territorio donde más fácilmente se dan, y por lo tanto sin conciencia, donde se hace necesaria su contemplación-supervisión, donde más se aproxima la intervención Gestáltica a la Analítica, donde más difícil se me hace practicar lo que sé es Gestalt pura. No por nada Fritz renunció a este encuadre para el ejercicio de su Filosofía. Y aplazo y comprometo una reflexión acerca de estas diferencias, para ceñirme a las mismas en torno a la T. y C.Me parece obvio observar que el conocimiento mutuo, reducido a este espacio-tiempo limitado y a la propia actividad terapéutica fomenta la fantasía e ideación del otro. Es decir se agranda la “idea que tengo de ti” (sea del signo que sea) frente al conocimiento de... o “mi experiencia contigo”. Ambas bases desde las que establezco mi relación, y por lo tanto en esta “superposición del pasado y del presente”, como definen los analistas, el pasado-fantasía gana mucho más terreno al presente-realidad-experiencia, y los fenómenos de T. y C. se dan en mayor cantidad, diferente cualidad y menor conciencia.

REFLEXIONES ENTRE LA VIDA Y LA TERAPIA... LA CONTRATRANSFERENCIA DE ESTE TERAPEUTA Y PADRE
Incluyo esta larga cita de Whitaker: “Durante muchos años, la relación del médico con el paciente ha sido uno de los modelos de intimidad que nuestra sociedad ha respetado, aprobado y reforzado. Puesto que emula el modelo de la relación madre-hijo y/o padre/hijo, gradualmente se ha vuelto más sagrada que todos los otros modelos, salvo su prototipo biológico. La relación madre-hijo, tal como la simboliza el médico, es nutriente, protectora, cálida y presenta típicamente una cualidad de ternura. La pauta padre-hijo implica con fuerza, protección, defensa y compañerismo. Se ve tan claramente al médico del lado del paciente, que se le confían los secretos por los que nadie puede preguntar, ni siquiera la sociedad (hasta hace pocos años). Las reglas de este profesional se han considerado más allá de todo cuestionamiento, y su fuerza supera la de un miembro ordinario de la estructura social, puesto que él “no puede equivocarse”.En muchas comunidades y en las mentes de muchas personas, el médico es todavía una persona divina”4.El Terapeuta puede emular; en el ejercicio de su oficio, este doble modelo de relación parental madre-padre, en sus distintos significados, según el estilo e independientemente de su sexo. Puede incluso que ésta sea una de sus funciones pero no la única.En cualquier caso, elijo esta  evocación arquetípica “Padres” (Madre y/o Padre) para enfocar la Contratransferencia, por tres razones. La primera porque recoge una buena parte de las variables (emocionales, racionales, actitudinales, motoras, etc...etc...) que mueven la relación. En segundo lugar porque observo que los terapeutas somos en exceso pudorosos para autoreferirnos como padres, en comparación al menos, con la facilidad con que atribuimos al paciente cualidades de hijo, infantiles, etc... Y tercera porque me permite reflexionar desde el puente que en este momento más me interesa, el que une la Vida y la Terapia.Es obvio y necesario señalar que enfocar la Contratransferencia desde la función “Padres” es contemplar una sola de las posibilidades, que no excluye el resto de respuestas posibles. Ejemplo propio: Frente al victimismo de una paciente me descubro en una actitud confrontadora (sádica frente al sufrimiento-manipulador) que me evoca más mi respuesta emocional de hijo frente a la madre. Por ahora prefiero no ampliar más el campo.Cosas que he aprendido con mis Hijos y que he podido observar en la Terapia o viceversa aprendidas con mis Pacientes y observadas en la Vida, cosas que de tan obvias muchas veces se me escapan. 1.-Actitud previa re-convertida de mandamiento: “No desearás al hijo del prójimo”. Soy papi-drastro (W. Allen) de dos hijos que se relacionan con su progenitor-padre, ésta es una de las experiencias más ricas de mi vida. Me hizo descubrir, en su día, una generosidad más auténtica, la del que no espera nada a cambio, también un Amor más incondicional que con mi hija “propia”, teñido aquí de intereses, proyectos y otras contaminaciones emocionales. Y creo que estas lecciones de Vida han sido muy nutritivas para mi hacer terapéutico.Me descubro con un gran respeto por la Vida y el Camino de cada paciente, y si digo me descubro y señalo este “mandamiento” recordatorio, es por que en estos años me he encarado muchas veces con multitud de ideas pre-omni-potentes que constriñen el Trabajo a una tarea de reparación o correctora: “yo le daré el cariño, el límite, ... que no le dieron” expresado de múltiples formas hasta llegar al narcisismo total en la expresión que sea “Esto lo curo yo...” o cualquier otra. Y cada vez más me complace un proceso de conciencia en el que la persona sale siendo “ella misma”, “hijo de sus padres y de su propia experiencia” a la luz de un nuevo acompañamiento, el de este terapeuta que le proporciona una experiencia de conciencia y responsabilidad, a través de la cual incluso sus carencias se tornen en potencias, pues gracias a ellas ha aprendido lo que sabe de esta vida y por algo será aunque yo no lo entienda.2.- Actitud inicial. Sé que cada hijo tiene una edad diferente, un momento evolutivo, emocional, cognitivo, hormonal y organísmico distinto, y muchas veces me descubro tratándoles por igual. Con una falsa igualdad que no me permite ver a cada uno como es, si no en bloque: “los hijos”. Y que me sitúa en una posición fija: “el Padre”, con la seguridad y el empobrecimiento experiencial correspondiente.La tentación es muy similar en la terapia. “Yo soy yo” a veces se confunde en exclusión “yo soy el Terapeuta” y en tanto que rol un “yo-fijo” igual para todos. Y nada más lejos de la realidad y más cerca de la técnica mal entendida. Cada persona es un mundo y si yo me coloco como persona-mundo- cada paciente descubre distintos paisajes en mí, evoca diferentes emociones y reacciones. Claro, dejarme tocar de forma distinta por cada uno, es más costoso, me requiere estar más despierto, es más arriesgado y me hace formular alguna reflexión de compromiso: ¿Estoy dispuesto a descubrir paisajes desconocidos de mí mismo? ¿Me siento disponible para volver a atravesar mis zonas desérticas, a resaborear desagradables emociones, a visitar los rincones que no me gustan? Siento imprescindible contestar a estas preguntas para encarar mi actitud al inicio. El “sí quiero” expresó mi compromiso con el oficio, mi boda con él. Pero este es un sí de partida que precisa de muchos “sí”-s puntuales, uno para cada nuevo paciente, uno para cada nueva situación y momento, como en la vida misma.Esta posición de riesgo me enfrenta a un buen número de introyectos personales y culturales, por ejemplo algo expresado de forma explícita o implícita y de muy distintas maneras: “los padres quieren a todos los hijos por igual”, y aunque sepamos con la cabeza que medir el amor en cantidad es necesariamente mentirse por estupidez, es necesario contemplar su influencia en nosotros ya que también con ellos obtenemos beneficios, calmar-dormir una serie de angustias, paliar mecánicamente alguna que otra situación difícil,... etc... 3.- Actitud en Medio. Sé, por la relación con mis hijos, de otra dificultad. Ellos crecen a un ritmo diferente al mío, con una calidad diferente. Y yo me descubro a cada paso con la necesidad de actualizarme con ellos. Reviso fotos y vídeos de ayer y me doy cuenta de que ya no son los mismos, tampoco yo, y sin embargo a veces sigo tratándoles “como sí” fueran aquellos niños.Y me sucede igual en la consulta, en ocasiones la dificultad a revisar tiene que ver con un punto de estancamiento mío en la relación, me quedé en aquel momento, con aquel prejuicio. Y es costoso en ocasiones darme cuenta de que ya no está donde estaba, ya no es quien era, en el sentido de aquella persona limitada por...El Padre por excelencia de la relación está investido de una capa de madurez, normalmente prejuiciada por malos conceptos, es la persona que ya llegó, ya aprendió, ya sabe, ya creció,... Mentira cómoda, nuevos introyectos a disolver, nada en la Naturaleza deja de crecer, dejar de crecer es morir, hasta los árboles más viejos siguen sumando anillos en su tronco con cada nuevo período, y nosotros también, de forma natural, y la única dificultad es de la Conciencia para percatarse, aceptar y responsabilizarnos de ello. 4.- Actitud al Final. Los mayores  (como también muchos terapeutas amigos llaman a sus pacientes ó alumnos más antiguos) son adolescentes, empiezan a separarse y esto es doloroso y gratificante a partes iguales. Me veo tentado en seguir acompañándoles en sus nuevos descubrimientos, compartiendo con ellos su vida, lo que me ayuda tanto a rememorar mis pasos por aquella época. Pero hay pasos que ya no quieren compartir o más bien que necesitan dar por sí mismos, sin que yo les advierta del camino, sus dificultades o peligros. Necesitan equivocarse y acertar por sí mismos, ponerse a prueba en este trance iniciático de salir al mundo. Y así coger confianza en sus pasos y en las capacidades que van descubriendo a medida que el mundo y la vida se las descubre.Y no es tan distinto en la consulta en donde, gracias a dios y los años de experiencia, voy cerrando procesos, procesos que no están terminados puesto que no terminan sino con la vida. Pero lo que sí termina es mi acompañamiento, mi ayuda, apoyo y frustración, y es doloroso. Egoicamente doloroso no sentirse ya esa persona de referencia indispensable. El análisis termina con la disolución de la neurosis de transferencia, dicen los analistas y añado yo que termina con el difícil proceso de disolver la neurosis de contratransferencia que provoca esta despedida en este Terapeuta Gestáltico. Y es que sólo en estos últimos momentos de despedida, de soltar, se me hacen más obvios algunos cables a los que sin conciencia estaba agarrado. Un proceso distinto cada vez, diferente con cada persona, que me lleva a desidealizarme a mí mismo, no seguir siendo imprescindible, sano, nutritivo, brillante, rudo, cálido, protector, defensor, compañero, etc...etc...Dejar que vuelen, sin matarles ni matarme, aceptar la Ley Natural de Vida, el Crecimiento.

FORMACIÓN EN TERAPIA GESTALT

Dirigido a estudiantes y graduados en Psicología, Medicina, Psiquiatría, Educación, Trabajo Social, Animación Socio-cultural y profesiones de ayuda.

CURSOS DE POSTGRADO

Dirigido a quienes, tras completar su formación gestáltica, deseen profundizar en aspectos concretos y adquirir conocimientos para la aplicación en su ámbito profesional

SUPERVISIÓN

Espacio de seguimiento, individual o grupal, dirigido a personas que desean revisar su quehacer y actitud gestáltica en el desempeño de su labor profesional (psicoterapéutica, artística, educativa, social, laboral)

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